Parece que no hay otra manera de empezar, que no sea por el principio.... Y por el principio como tal es hablando de la Vid y la Uva....
La verdad es que me quiero presentar, sobre todo para entender el porqué de este blog y el significado de las entradas... no es un blog pretencioso...es más, pretendo nada más que unas entradas de divertimento para hablar de algo que me gusta y con lo que disfruto. No sólo degustandolo, sino analizandolo minuciosamente con el olfato, el tacto, la vista, el gusto e incluso el oido....
Es de los sentidos, que nos son inherentes y primarios, tan imprescindibles y asumidos que nos pasan a veces inadvertidos en nuestras idas y venidas cotinarias, y que nos dan el instrumento para interpretar, de manera personal,un caldo vivo.
Por este motivo ya es totalmente sensato.
Pensar que el objetivo final de esta bebida espirituosa no es otro que satisfacer la sed de los placeres sería un sin sentido. También lo sería pensar, que la interpretación sensorial del vino en sí, signifique que tenga que ser individual.
Se encuentren los mismos aromas, las mismas virtudes, los mismos defectos o no..... Un vino se hizo para el placer, y en cualquier caso, todos los placeres son mayores si son compartidos.
Para algunos, entre los que a veces me incluyo, éste discurso puede que haya perdido el curso, pero como el vino líquido es, se desliza y mueve, se empapa e impregna en recuerdos, llena de aromas vectores conocidos y a veces sin nombre, seca y a duelas sepa....siempre vuelve para susurrar que el vino suena al caer, brilla y huele en la copa, sabe y roza en la boca; y hace una muesca en la manida memoria sólo si arranca en el gesto una sonrisa a los 5 con-sentidos.
Una vez expuesto esto, debo decir, en esta entrada poco verán de la Vid y la Uva, pero hay que empezar por el principio.
Que en muchas ocasiones los vinos, no te dan lo que se espera, pero si contienen lo que necesitas.
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